Nota sobre el exilio en el corazón del Otro

El exilio como un derecho, ius exilii, es una figura que recoge el derecho romano para nombrar el derecho de una ciudad de nombrar ciudadano a alguien que ya es ciudadano romano. Este
nombramiento implica la pérdida de la ciudadanía de origen del acogido, situación en la que se articulan la diferencia y la excepción.

La sustitución del objeto perdido, supuesto lugar en el Otro, no exime del efecto de la pérdida ya que lo perdido no es sustituible. Nada sustituye esa localización porque lo que desaparece
en cada pérdida es de lo que cada cual es en el Otro. Lo vemos en cada duelo, dándose en cada proceso un movimiento singular significado por la relación del sujeto con la cadena significante, lo que comúnmente nombramos como subjetividad. Nada lo sustituye porque en  cada pérdida se re-produce el efecto de la pérdida mítica, representación de lo materno primordial al que el infans se experimentó incorporado. Hablamos del afecto, no de la idea. Afecto sin sentido. La idealización, a advenir.

Tosquelles en el país que lo acogió hablaba catafranç o françalá, modalidad de un habla en laque la lengua el país que le acogió siempre sonó a la materna. Un sonido ligeramente amarescente, quizá. Una situación, la de este sonido de Tosquelles, que no podemos evitar poner en contacto con lo intraducible de cualquier lengua, con su sonoridad y con lo más específico de ella: lalengua, ese estadio del lenguaje a-estructural propio del proceso primario freudiano en el que lo Uno, lo que en cada cual hay del Uno, en Freud rasgo Unario, lo precede. Lalengua y el laleo del bebé, esa dimensión del lenguaje ajena a toda comunicación, expuesta de manera tan expresiva en el “déconne, déconne, mon petit”, palabras de Tosquelles cuando trata de explicar la técnica y la función de la asociación freudiana.

“Déconne, déconne, mon petit”. Extraordinaria presentación del ser hablado y del olvidar que se es portador de la palabra.

Il y a de l’Un. Hay algo de ello, si. Uno del conjunto de unos,  podemos colegir. Uno de la diferencia ya que lo propio del lenguaje es ser un sistema de carácter diacrítico, conjunto de significantes que en relación y solo en relación, son diferentes. Y esta diferencia es la que da lugar al sujeto (relación del ser hablante con la cadena significante). Diferencia, exclusión y alternativa, que significa el exilio como lo más íntimo del sujeto como ser hablante en el Otro. Porque el ser es un efecto del Lenguaje.

Esta situación del exilio como lo más propio del ser hablante, en términos psicoanalíticos, la captó muy temprano Tosquelles: su primer analista, Eiminder, un exiliado centroeuropeo que
recaló en Reus al final de la Segunda República, apenas hablaba castellano y ni una palabra de catalán, para extrañeza del padre de Tosquelles… “Déconne, déconne, mon petit”.

M. R. G.